Muchos podemos estar pensando que cuando termine el aislamiento social, volveremos a nuestra normalidad, pero lo cierto es que el COVID19 llegó para cambiarnos la vida y especialmente para nuestra industria, llegó para cambiar la forma de celebrar.
Todos los días las noticias, los chat, las redes sociales, nos saturan con información que proviene de varias fuentes, unas más confiables que otras; pero lo cierto es que hasta el día de hoy nadie tiene la última palabra, todo lo que tenemos son especulaciones.
Este nuevo coronavirus, se transmite por el contacto social, de persona a persona, y es justo en ese punto, donde nosotros como industria que vive de las celebraciones sociales, nos vemos en apuros, pues nuestro mundo gira en torno a los abrazos y en disfrutar la compañía cercana de familia y amigos.
Nos esperan días con un poco de incertidumbre, por un tiempo no serán posibles las fiestas, así como los conciertos, espectáculos masivos, bares, restaurantes y todo lo que implique aforo de personas; pero con toda seguridad las parejas van a querer casarse, las personas van a querer festejar sus cumpleaños y las empresas tendrán muchos motivos para celebrar, así que tenemos que ser fuertes, porque después de la tormenta siempre llega la calma.
Nuestra única realidad es el presente, y está en nuestras manos el aprovecharlo para reinventarnos.
Este es un momento perfecto para romper paradigmas, para revisar cuál es nuestra propuesta de valor, qué es eso que me hace diferente de los demás. Pongamonos en la posición de los novios, y pensemos: qué es eso por lo cuál ellos van a querer tener mis productos y servicios en su boda.
No será fácil, pero lo vamos a lograr.